Estoy en un lugar donde todos quieren pasar como buenas personas, que aman la paz, el amor, la naturaleza, que viven sin preocupaciones y sin lujos, pagando departamentos súper caros en los distritos mas fichos de Lima... pero son espíritus libres según ellos, nada que tenga que ver con el gobierno, "no creemos en la política" dicen, "no creemos en el odio.. solo en el amor y la paz" exclaman.

Me gusta, me gusta que esta gente trate de ser algo que no es, y debo reconocer que hasta les tengo un poco de envidia, de que pueden creer que son algo que no son. No son tan críticos ni duros con ellos mismos, no se dan cuenta que su vida es una paradoja es querer ser pobre siendo rico.

Me encuentro en un lugar donde todas las mujeres son puritanas, de esas que no me miran bien porque soy muy sincera, o porque digo las cosas que pienso, o de esas que alguna vez salí con el chico que ellas querían, entonces hay un odio metido en ellas..

Y me gusta también, me gusta que sean así resentidonas conmigo, porque eso alimenta mi ego, porque el simple hecho que gasten saliva o memoria acordándose de mi, me encanta.

Y debo confesar que también me da pena, que no hayan tenido ganas de conocerme y hablar con fundamento, y también me da pena que quizás yo no me quise dar a conocer y dejé que hablen sin bases.

Y ¿Por qué escribo esto? porque me siento un poco extraña, por las cosas que han venido pasando, porque descubrir que no toda la gente que te rodea es buena duele, porque descubrir que alguien te ningunea duele, porque tratar de hacerte entender puede resultar difícil y encontrar alguien en el mundo hostil que te ayude puede resultar milagroso.

Luego de escribir todo esto pienso en las personas buenas que existen en mi vida y lo mucho que las quiero y que espero que estén siempre a mi lado.

No tenían que leer este post.. :)